Aquella noche mientras dormía se aproximaron dos seres. Un ángel y un demonio. Los dos disputaban fieramente por su sueño. Ella soñaba sin distinguir si era una realidad o una pesadilla. Estaba en la cima de un rascacielos, bajo una noche estrellada y luchaba por salvar la vida de su madre. Aterrorizada asistía su lucha con el demonio que quería tirarla del alto, al mismo tiempo que le decía a la adormecida que se lo merecía y que por fin estaría libre de sus miedos. El ángel entretanto, le decía que luchara por su vida. Ella la temía, pero tirarla de lo alto no era lo que anhelaba. Optó por salvarla. Entre terror, aprensión y gritos se despertó empapada en sudor. La batalla había sido muy dura y real y mismo así, sintió un alivio por su decisión. Prefería la angustia diaria que el remordimiento eterno.
© M.del Carmen B.García