sábado, 17 de junio de 2017
jueves, 15 de junio de 2017
Un amor inadecuado...
Se querían desde la adolescencia. Se querían más después de adultos.
Se casaron. Ella ilusionada, él decidido a tenerla a su lado hasta el final de sus días. Compraron casa, tuvieron hijos. Llegaría el día de tener nietos y sabían que seguirían queriéndose de por vida. Pasaron los años y ella necesitaba algo más. Quería dar un paso más allá en su vida, se sentía aburrida.
Quería volver a estudiar, sentirse útil con cosas ajenas a las de una ama de casa. Él, por quererla tanto le avisó que se cansaría con tantas obligaciones. Las horas de estudio, los exámenes, los viajes de ida y vuelta, las horas dedicadas a la casa, los hijos que tanto la solicitaban, se estresaría, estaría mejor en su casa, él la cuidaría, no tenía que preocuparse con nada más.
Con el tiempo su aburrimiento fue creciendo, empezó a cuestionar su vida y se dio cuenta de que por quererle tanto a él se había olvidado de quererse a sí misma. Subió a su habitación, se llevó un vaso de agua y se tragó unas tantas pastillas.
Se acostó y cerró los ojos. Al quererle tanto había preferido acabar con su vida a contrariar al hombre que tanto la había amado.
© M.del Carmen B.García
A mi juventud...
En el déspota otoño de mi vida, miles de recuerdos clavados en mi ser se agitan. Duelen huesos y alma. Me roban el sueño, la paz, afectan mis sentimientos y corazón. Quimeras, tropiezos, caídas, todas las alegrías de un verano bravamente vivido y ahora presintiendo el próximo y definitivo invierno, me hago una pregunta. ¿Serviré al menos para alegrar con flores la primavera? (A mi juventud)
© M.del Carmen B.García
miércoles, 14 de junio de 2017
A mi padre...
Aquel sábado de Carnaval por la noche no me tocaba dormir en el hospital. Avisé a quien yo pagaba para relevarme algunas noches y fui en su lugar. Mi corazón me pedía que lo hiciera y lo hice. No tenía idea que después de unas horas pegada a su cabecera y apenada al verle con aquel incómodo tubo para respirar, al agarrar su mano hablándole con cariño para tranquilizarle, escucharía su estertor de muerte mientras él me miraba con una profunda tristeza al dar su último suspiro.
Una parte de mí se fue con él aquella noche,
en esa despedida. (A mi padre)
© M.del Carmen B.García
Suscribirse a:
Entradas (Atom)